jueves, 10 de junio de 2010

Iniciación Kayak, impossible is Nothing.

Llegamos al Canal Olímpic sobre las 10:00 de la mañana, sol y buena temperatura. Las instalaciones animadas por, a nuestro entender, inicio de temporada. Unos quince piragüistas, unos en el agua y otros preparando las embarcaciones en animada conversación con el resto Todas las embarcaciones de propiedad (los socios las dejan en el almacén), ninguna de alquiler.Subimos a las oficinas sitas en el primer piso para informarnos. Comentamos que es la primera vez que subiremos a un kayak y pretendemos alquilar uno durante una hora. Nos contestan que sin práctica previa no permiten kayaks individuales por ser bastante inestables, nos dan la opción de alquilar uno doble más ancho y estable (mitad precio: 5 euros persona).

Nos asalta la duda... "a ver donde nos metemos" pensamos, sobretodo después de ver algunos vídeos con maniobras de recuperación de la vertical en kayak, glups!
La informadora nos enseña la máquina expendedora de tickets "sacar uno, pasar al vestuario número 3, después bajar al muelle y os indicarán". En aquel momento vemos a través del diáfano edificio como un grupo de kayaks de alquiler zarpan del muelle..."mira, mira, que chulo".
La excitación, y con ella el ánimo, se eleva "atención al ritmo de la palada de aquel". Sacamos el ticket (10 euros).

Pasamos a los vestuarios (ticket con derecho a taquilla-ducha y equipo) pillamos una taquilla (moneda de 2 euros para cerrarlas). Vemos que hemos venido bien preparados: pantalón corto o traje de baño, camiseta, sandalias ajustadas (tipo california), gorra y gafas de sol. Bajamos al muelle.

En el muelle nos dan los chalecos y las palas dobles, nos indican el muelle de alquiler a unos 200 metros. A paso ligero vamos comentando la teoría sobre la técnica en la gestión de las palas.
Conforme nos acercamos al muelle de alquiler aumentan las pulsaciones. Examinamos la embarcación. Sumamente simple, dos bañeras, una por piragüista. Gregorator reconoce en un agujero de popa el drenaje de la embarcación, vaciamos la poca agua que contiene con una maniobra de expertos. Al agua.

Fácil acceder, aunque con precaución, teníamos presente nuestro desconocimiento de la embarcación. Cuando me saqué el PER aprendí que en medio acuático primero prudencia.
La primera media hora Gregori en proa, yo popa. Rodamos. La proa vira excesivamente a babor, no por voluntad propia, algo no hacemos bien. Intercambiamos posiciones en el muelle lado mar, después de 1,2 kms. Gregorator, observa que cojo la pala descompensadamente y el momento de la palada derecha es excesivo. Un crack!, efectivamente.

A partir de entonces maniobrando con mayor precisión, empezamos a sincronizar paladas y la embarcación gana velocidad. Los brazos, Uf! Debemos marcar un ritmo suave, vamos (voy) acelerado. Ahí empecé a notar cansancio en la mano derecha, es la primera vez y tenemos que pulir la técnica del giro de muñeca para mejorar la eficacia. Paro los brazos 20 segundos, Gregorator sigue palando y compruebo mirando la orilla la velocidad "neng, esto es una caña".

Durante unos minutos posiciono el cuerpo unos grados hacia delante y empiezo a marcar palada brutal, Gregorator sincroniza el ritmo y alcanzamos la velocidad máxima. Una maravilla. Terminamos realizando ochos a dos bollas con aceptable precisión. Amarramos.
Conduciendo de regreso no podemos dejar de sonreír planeando pillar un individual la próxima vez.

Nota: nos faltaba una bolsa estanca para la cámara, la próxima vez